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.Y la vida sexual, por su propia índole, hatenido sus espíritus y sus dioses, lo mismo que cual-quier otra función.Una determinada tensión entre la religión y elsexo únicamente se manifestó con la castidad tem-poral cúltica de los sacerdotes.Es muy probable queesta castidad de antigua data estuviese condicionadapor la circunstancia de que, en el sentido del ritoestrictamente estereotipado del culto comunitarionormativo, la sexualidad fuese vista como algo su-jeto a la peculiaridad de lo demoníaco.Por otraparte, no se debió al azar que, más tarde, las religio-nes proféticas, así como los órdenes de vida regula-dos por los sacerdotes, instituyeran las relacionessexuales en favor del matrimonio.Esta circunstanciamanifiesta el contraste entre toda reglamentaciónracional de la vida y el orgiasticismo mágico, comotambién toda clase de frenesí irracional.127MA X WE B E RFactores concernientes al desarrollo han acre-centado mutuamente la tensión entre religión y sexo.Por parte de la vida sexual, la tensión ha llevado al"erotismo" por medio de la sublimación y, de estemodo, a un ámbito conscientemente cultivado y, enconsecuencia, no rutinizado.El sexo ha sido apar-tado de la rutina no sólo en el sentido de separarsede las convenciones, ya que el erotismo contrastacon el sobrio naturalismo del campesino.Y, por logeneral, las convenciones de la caballería justamentetransformaron el erotismo en objeto de control.Noobstante, de un modo específico, estas convencio-nes controlaban el erotismo encubriendo el funda-mento natural y orgánico de la sexualidad.La índole excepcional del erotismo ha consisti-do, justamente, en un progresivo alejamiento delingenuo naturalismo sexual.Pero las razones y sig-nificación de este desarrollo suponen una racionali-zación e intelectualización universal de la Cultura.Esbozaremos las fases de esta evolución.Menciona-remos ejemplos tomados de Occidente.Hoy en día, el ser total del hombre ha sido alie-nado del cielo orgánico de la vida campesina; elcontenido cultural de la vida se ha ido enriquecien-do de modo permanente, sea que se lo considere128SOCI OLOGÍA DE LA RELIGI ÓNsupraindividual desde una perspectiva intelectual,sea en otro sentido cualquiera.La alienación delvalor vital de todo aquello que viene dado de modomeramente natural ha contribuido a realizar aúnmás la especial posición del erotismo.El erotismose elevó a la esfera del goce consciente (en el senti-do más elevado de la palabra).No obstante, y prác-ticamente debido a esta elevación, en contraste conlos mecanismos de racionalización, el erotismo sepresentó como vía de acceso al núcleo más irracio-nal y, de este modo, más real de la vida.Histórica-mente puede comprobarse una enorme variación enla medida y manera en que así se enfatizó el valordel erotismo como tal.En los sentimientos no reprimidos de una co-munidad guerrera, la posesión de las mujeres, y lalucha por ellas, tuvo una importancia similar a lalucha por el logro de riquezas y por la conquista delpoder.Durante el helenismo preclásico, en la épocadel romance caballeresco, Arquilocos podía juzgaruna decepción erótica como una experiencia signifi-cativa de duradera importancia, y el rapto de unamujer podía transformarse en acontecimiento ex-cepcional de una guerra heroica.129MA X WE B E REl amor sexual fue, para los trágicos, un genuinopoder del destino, y su saber se nutrió de las nostál-gicas resonancias mitológicas.Pero, en general, elhombre no pudo sobrepasar la Capacidad de sensa-ción erótica de una mujer: Safo.Durante el períodoclásico griego, el período del ejército de los hoplis-tas, las cuestiones eróticas fueron entendidas de unamanera relativa e inusualmente moderada.Como loprueban todas sus confesiones personales, estoshombres fueron todavía más castos que el estratoeducado de los chinos.No es verdad, empero, queesta época no conociera la grave sinceridad delamor sexual.Habría que recordar -a pesar de Aspa-sia- el discurso de Pericles y, finalmente, la conocidadeclaración de Demóstenes.Para la índole marcadamente masculina de estaépoca "democrática" hubiera sido un rasgo dema-siado sentimental considerar la experiencia eróticacon mujeres como el "destino de la vida", para de-cirlo en nuestra terminología.Al "amigo", al joven,era a quien la ceremonia del amor solicitaba, y éstefue justamente el hecho central de la cultural griega.Por eso, no obstante su esplendidez, el eros platóni-co sigue siendo un sentimiento muy moderado.La130SOCI OLOGÍA DE LA RELIGI ÓNbelleza de la pasión báquica, como tal, no fue uncomponente oficial de esta relación.Inicialmente, la posibilidad de que la esfera eró-tica proporcionara problemas y tragedias de carácterfundamental se planteó a partir de determinadasexigencias de responsabilidad que, en Occidente,provienen del cristianismo.Pero la valoración de lasensación erótica como tal se desarrolló principal-mente, y ante todo, condicionado culturalmente porlas concepciones feudales del honor.Se verificómediante la traslación a la relación sexual erótica-mente sublimada de los símbolos de la servidumbrecaballeresca
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